Anda que no hacía tiempo que no iba al cine. El jueves fui al preestreno (y gratis) de Brokeback Mountain. Esta película es una trágica e intensa historia de un amor entre dos vaqueros estadounidenses, en 1963 y los 70, que intenta pasar por encima de las convenciones sociales de la época. Y, es cierto, que en la América profunda del "Malboro Country", éstas eran muy fuertes, poco flexibles y tolerantes. Pero la historia no va de tolerancia y del derecho de dos personas a amarse sean cuales sean sus tendencias sexuales. No, no va de eso. Va de amor simple y llanamente. Bien es cierto que si los protagonistas tuvieran otra profesión la historia sería la misma (para lo único que sirve el que se dediquen a eso es para escandalizar un poco más a los americanos) aunque, nos pongamos como nos pongamos, no podría ser la misma si fueran un hombre y una mujer o dos mujeres. No sería la misma. Desde luego, el argumento no viaja por senderos demasiado transitados y se aleja de los tópicos y de lo previsible de manera admirable, tejiendo un guión extremo, sin tapujos, real y, sobre todo, lleno de emociones. Para mí, lo más impactante es ver lo que la propia sociedad puede llegar a empujar a hacer a las personas para que todo encaje dentro de las convenciones y como, si las emociones son verdaderas y profundas, poco importan aquellas. Como digo: una gran historia, un gran guión, buena dirección, grandes actores (ninguna súper estrella pero mucho talento) y mucha emoción. Una gran película sin moralinas ni chorradas.