Un año con los premios muy repartidos y una gala más corta de lo habitual (y con más ritmo) en la que, según parece, casi nada se salió del guión establecido: todos se portaron muy bien. Al final, Brokeback Mountain, fue la damnificada sorpresa de la ceremonia y, aunque recibió 3 oscars (Mejor Director, Mejor Guión Adaptado y Mejor Banda Sonora Original), perdió el premio a la mejor película en detrimento de Crash, que también recibió otros dos premios (incluido el de Mejor Guión Original, el cual arrebató a George Clooney). Realmente, perdedoras, perdedoras, lo fueron Buenas noches y Buena suerte y Munich, que no recibieron ningún premio, y George Clooney que, aunque recibió el oscar a Mejor Actor de Reparto (por su papel en Syriana), se quedó si el de Mejor Director y Guión.
El resto de premios se repartieron bastante, con Phillip Seymour Hoffman premiado como Mejor Actor (por su papel en Capote), Resse Whiterspoon como Mejor Actriz (por su papel en En la cuerda floja)... Además, los "premios técnicos" se los repartieron King Kong y Memorias de una Gheisa (que reafirmaba su vocación de pintura más que de película), con 3 premios cada una.
Este año me ha sorprendido la calidad de las películas nominadas y el hecho de que, se ve claramente, este año se ha optado por películas comprometidas con diferentes temas y en distintos estilos: Brokeback... con el tema de la homosexualidad, Crash con el del racismo, Munich con el tema Judío-Palestino, Buenas Noches... con el tema de la censura en el periodismo... Lo cual es de agradecer y puede presagiar una época en que no sólo se premie a las películas exitosas o grandilocuentes (hay que recordar que, de las nominadas de este año, apenas ninguna ha tenido un éxito destacable de público, que no de crítica). Eso esperamos todos.