Capítulo III: Recreativas

Los salones recreativos siempre han sido una fuente inagotable de diversión y sumideros de dinero que tenían su propia fauna y mitos. Actualmente, la verdad, es que no voy mucho a "echarme unas máquinas" pero me parece que la cosa ha perdido parte de su gracia. En mi infancia (y no tan infancia, que en cuanto veo un juego de estos en algún bar...) siempre me gustó liarme la manta a la cabeza y darle a los botones y mis juegos preferidos y más venerados (aunque, como siempre en estas listas, falten muchos) eran:

Knights of the Round: Un día mi hermano y yo nos lo pasamos entero a fuerza de billetazo en la barra (¿me lo cambia para la máquina?) y aún así seguía jugando (para chulear) cada vez que lo veía. Su sistema de power-ups que cambiaba el aspecto de tu personaje y toda la iconografía artúrica eran lo más atractivo de este beat´em up clásico.

Punisher: Sin salirnos del género pero mezclando la atracción por el mismo con la atracción por los cómics este juego era la leche. Podías elegir a Nick Furia o a Punisher y repartir cera por las calles a base de bien. Un clásico.

Captain Comando: Y completando la trilogía del género (y sin salirnos de compañía, la grandiosa Capcom) otro clasicazo. Lo que más me gustaba de este juego (cosa que sigo pensando que es lo mejor del mismo) eran sus personajes, originales y estrambóticos. ¿Quién se imaginaría a un ninja, una momia, un bebé manejando un robot y un héroe luchando codo con codo? Un gran juego, aunque el único que no me llegué a pasar en su día en la máquina.

Ocean Hunter: Aquí Hamman y un servidor quedaron enamorados de este juegazo y atrapados por su cabina a oscuras, sus metralletas con vibración y sus legendarios enemigos finales. Total, que hasta que no nos lo pasamos, no acabamos...

The Lost World: Y otro juego del mismo estilo pero con dinosaurios. No puede ser malo. Éste en concreto nos lo pasamos entre todos los chicos que fuimos en una excursión a Andorra hace ya muchos años. Aún recuerdo el final del juego (me tocó, por la cosa de los turnos, acabar el juego con otro chico) y la alegría que me pudo dar terminarlo. Grandes gráficos y mucha emoción.

Street Fighter 2´- Hyper Fighting: Ya conocía el juego y lo había jugado en recreativas pero cuando vi esta versión en la piscina, un día de verano, quedé enamorado. Era como una especie de versión pirata en la que podías hacer magias en el aire, lanzar muchos ataques lejanos a la vez (mirad la pantalla)... Una versión de la clásica saga que me marcó para siempre.

Windjammers: Siempre se me dio mejor mirar en este juego que jugar (al contrario que aquí el señor Hamman) pero, a la vez, siempre me encantó. Divinizar un simple juego de lanzarse un frisby, o como se diga, con ataques especiales, delirantes partidos, fases de bonus (lo del perro era genial) y demás me parecía y parece genial.